LAGUNILLOS: RUTA DE AGUA


Saldremos desde Cuenca en dirección a Las Majadas y posteriormente llegaremos al paraje de Lagunillos, cerca del Monumento a la Madera. Allí dejaremos los coches y, una vez finalizada la ruta, comeremos un bufete frío con lo que cada uno aporte, si es posible, bajo la fresca sombra del tilo de la fuente.

Comenzaremos la ruta buscando el curso del Escabas, caminando por su orilla, combinando río y sendero. 
Como a unos tres kilómetros de marcha, nos desviaremos hacia la derecha, provechando una torrentera, que nos subirá a una espectacular cárcava con una gran columnata. Una vez retomado el sendero inicial, continuaremos y bajaremos en un descenso corto pero acusado que nos conducirá a una refrescante poza a los pies de una fantástica cascada que atraviesa un agujero escavado en la roca. Allí se puede optar entre baño en la poza o ducha en la cascada. Quien lo desee también puede ir río arriba hasta llegar a la misma valla que delimita en su parte inferior el parque del Hosquillo. 

Es conveniente recordar que hay zonas donde para avanzar hay que nadar.

La distancia es de unos ocho kilómetros entre ida y vuelta y no tiene mayor dificultad que la de evitar resbalones, para lo que se aconseja, además de bañador o ropa de agua, llevar escarpines, sandalias o zapatillas de agua, toalla y protector solar.

Tras la ruta, una vez en el merendero de Lagunillos, daremos cuenta de las viandas que cada uno lleve y aporte.


Ruta lineal, de ida y vuelta.
Dificultad media-alta.
Distancia: 8,5 km aprox.

PUERTA DEL INFIERNO

Saldremos desde Cuenca por la carretera de Guadalajara hasta Villar del Domingo García, donde nos desviaremos por la CM-210 hasta Cañamares. Tomaremos el desvío a Fuertescusa hasta llegar a las Puertas del Infierno, donde dejaremos los coches.





Comenzaremos la ruta andando por la orilla del Escabas, combinando río y sendero, hasta llegar a un tramo que realizaremos por el interior del río. 

Al final del camino llegamos a una estupenda poza donde nos podremos dar un refrescante baño.




Quien lo desee también puede ir río arriba hasta llegar a la poza por el propio riachuelo, aunque hay zonas donde para avanzar hay que nadar.

El paraje es muy bonito.  La distancia es de unos siete kilómetros entre ida y vuelta y no tiene mayor dificultad que la de evitar resbalones, para lo que se aconseja, además de bañador o ropa de agua, llevar escarpines, sandalias o zapatillas de agua, toalla y protector solar.

Tras la ruta, los que quieran, pueden comer en el área de recreo de Cañamares, frente al río y cerca del camping. Para ello es conveniente preparar algunas biandas y refrescos.