Distancia:
11 km
Dificultad: Fácil
Duración:
3:30 h
Desnivel: 40 m
Distancia:
11 km
Dificultad: Fácil
Duración:
3:30 h
Desnivel: 40 m
Tomaremos como referencia una torre de telecomunicaciones que
sobrepasaremos hasta llegar al borde del acantilado calizo, justo encima del
lugar por donde el 2 de octubre de 1957 volcó el autobús de “La Catalana”, cayendo
al río Júcar, con el luctuoso resultado de treinta fallecidos. Esta loma conforma
la parte izquierda de una hoz cerrada en forma de cañón en perfecta herradura por
la que discurre el río Júcar y que acompaña el tramo de carretera de la N-420 entre
el PK. 411.5 y el PK. 412.5, por lo que es conocido como la curva del kilómetro.
Allí se erige una cruz de piedra en memoria de las víctimas del accidente que se ve desde la carretera, pero desde nuestro punto de la ruta, se oculta por la vegetación. Volveremos sobre nuestros pasos hasta llegar a una bifurcación que antes dejamos atrás para descender por el vallejo del lobo, hasta casi llegar a la carretera N-420 en su PK. 113 (850m). Una vez allí tomaremos la pista que asciende hacia la derecha por el arroyo de Peñas Altas hasta alcanzar la cota de 950m para ganar incluso más altura de la que perdimos. No asustarse, pues el ascenso se hace sobre una cómoda pista de subida tan suave como si fuese un falso llano. En ese punto tomaremos hacia la derecha el camino de la Olmedilla y el Zarzoso a Valdeganga, que más adelante abandonaremos para regresar al camino del Cerro de los Huesos de nuevo.
Poco antes de
llegar a las casas de Buenavista, esta vez tomaremos una pista que nos conducirá
a la carretera N-420, que acompañaremos por el margen aprovechando la poca
vegetación existente hasta llegar a las casas de los Baños por donde cruzaremos
la carretera en dirección al río Júcar. Una vez alcanzada la ribera izquierda caminaremos
aguas abajo hasta llegar de nuevo al balneario abandonado de donde partimos.
Ruta circular de dificultad media.
Distancia: 14km
Desnivel: 383m
Pendiente máxima: 21%
Duración aprox.: 3.5h
EFE / CUENCA
03/04/2011
Los baños de Valdeganga tuvieron su esplendor hace un siglo atrajo y atrajo a gentes de toda España por sus aguas
mineromedicinales y que, además, ambientaron la película «Peppermint Frappé»,
del director Carlos Saura, en 1967, un año antes de su cierre.
El balneario, conocido como «Baños de Valdeganga» por su proximidad con la localidad del mismo nombre, es de propiedad privada y está enclavado en un paraje de nueve hectáreas muy cerca del río Júcar y a unos 28 km de Cuenca.
Vivió su apogeo en el siglo XIX y a principios del XX, aunque su ocaso fue aprovechado para ambientar los exteriores de la película «Peppermint Frappé» en la que participaron, entre otros, Geraldine Chaplin y Fernando Sánchez Polack para un guión compartido por Rafael Azcona y Angelino Fons. Hasta ese momento, el balneario había atraído a gente de Cuenca y de toda España, como el abogado y político Fidel García Berlanga, el artista Gustavo Torner o el dramaturgo Alfredo Marquerie, que iba «todos los verano».
El balneario obtuvo todos los permisos para empezar a funcionar en 1876, aunque antes ya se hacía uso de sus aguas porque estaba próximo al camino de Cuenca a Córdoba, Murcia y Granada. Tras la desamortización de Mendizábal, los baños pertenecieron al abogado Juan Patiño de la Fuente, del que el propietario actual es tataranieto.
Las propiedades de las aguas termales que emanan en la zona están intactas, pero el edificio está casi derruido aunque a simple vista se distingue su arquitectura y estructura. Algunas paredes que siguen en pie, aunque entre matorrales, lucen ahora pintadas que gritan «S.O.S» y «Rehabilitación».
Se trata de una ruta circular, muy aérea y espectacular, parte de ella se realiza monte a través, donde veremos acebos de porte mediano que en estas fechas presentan un aspecto espectacular.
Saldremos desde Cuenca hacia Huélamo por la CM-2105, pasando por Villalba y Uña. Dejaremos los coches en la parte baja del pueblo, junto al río Júcar, para ponernos a caminar en dirección a "el Masegar".
La ruta comienza en la Cañada de los Vallejuelos, bajo la población de Huélamo. Asciende inicialmente entre viejas labores para traspasar la portera del Masegar antes de llegar a esta antigua dehesa boyal.
Este entrañable lugar era uno de los terrenos comunales donde los lugareños apacentaban libremente sus yuntas y animales de tiro, llegándose a reunir aquí hasta más de 400 animales (bueyes, yeguas, mulas y burros), pero donde no podían permanecer las hembras dedicadas a la reproducción.
El trayecto inicial discurre en subida y al llegar a un horno de cal, abandonaremos la zona de El Masegar caminando en dirección a Peña Rubia. El collado de las Encebras es el punto más elevado del recorrido y desde aquí se inicia el descenso por la margen contraria hasta llegar de nuevo al punto de inicio de la ruta.
En la dehesa del Masegar, el sendero se adentra por el vallejo del arroyo de las Chorreras, también conocido como de los Navarejos. A lo largo de este tramo que discurre por la Umbría de Fuenlabrada, una pista forestal y un antiguo sendero avanzan por el frondoso bosque de pinos silvestres y negrales, mezclado con ejemplares de especies submediterráneas y eurosiberianas, que pueblan el fondo y las laderas del valle.
Antes de coronar el collado de las Encebras un par de antiguas caleras, situadas a la vera del camino, nos recordarán la actividad tradicional de calero, un oficio de antaño que como el del tejero, peguero u otros ya se han olvidado actualmente. Desde el collado, el sendero desciende por la margen contraria, entre pinos albares y acebos, cruza la ceja y desciende por una ladera de quejigos donde se localiza la Cueva del Covo, antiguo aprisco y refugio de ganados.
Los pinares de pino laricio o negral conforman el paisaje vegetal más representativo de la Serranía de Cuenca. En esta ruta senderista el pinar se asocia con pequeñas manchas de robledal y de bosque mixto eurosiberiano de gran valor paisajístico, como en la Umbría de Fuenlabrada. Especies características de climas más fríos y húmedos, como los avellanos, olmos de montaña, mostajos, acebos y arces, se dan cita bajo escarpes, laderas de umbría y fondos de valle, mezclándose con el pino albar, dando lugar así a un bosque de gran diversidad botánica. Todo este conjunto forestal ofrece con la llegada del otoño una panorámica visual de gran belleza cromática.
CARACTERÍSTICAS
Distancia: 11-12 km
Duración: 4.5 horas
Desnivel máximo: 337 m.
Dificultad: media.
Temática: paisaje, vegetación (especialmente
acebos), elementos etnográficos.